Childstories.org
  • 1
  • Cuentos de
    hadas para niños
  • 2
  • Ordenados por
    tiempo de lectura
  • 3
  • Perfecto para
    leer en voz alta
El Cometa
Grimm Märchen

El Cometa - Cuento de hadas de Hans Christian Andersen

Tiempo de lectura para niños: 12 min

Y vino el cometa: brilló con su núcleo de fuego, y amenazó con la cola. Lo vieron desde el rico palacio y desde la pobre buhardilla; lo vio el gentío que hormiguea en la calle, y el viajero que cruza llanos desiertos y solitarios; y a cada uno inspiraba pensamientos distintos.

– ¡Salid a ver el signo del cielo! ¡Salid a contemplar este bellísimo espectáculo! – exclamaba la gente; y todo el mundo se apresuraba, afanoso de verlo.

Pero en un cuartucho, una mujer trabajaba junto a su hijito. La vela de sebo ardía mal, chisporroteando, y la mujer creyó ver una viruta en la bujía; el sebo formaba una punta y se curvaba, y aquello, creía la mujer, significaba que su hijito no tardaría en morir, pues la punta se volvía contra él.

Era una vieja superstición, pero la mujer la creía.

Y justamente aquel niño estaba destinado a vivir muchos años sobre la Tierra, y a ver aquel mismo cometa cuando, sesenta años más tarde, volviera a aparecer.

El pequeño no vio la viruta de la vela, ni pensó en el astro que por primera vez en su vida brillaba en el cielo. Tenía delante una cubeta con agua jabonosa, en la que introducía el extremo de un tubito de arcilla y, aspirando con la boca por el otro, soplaba burbujas de jabón, unas grandes, y otras pequeñas. Las pompas temblaban y flotaban, presentando bellísimos y cambiantes colores, que iban del amarillo al rojo, del lila al azul, adquiriendo luego un tono verde como hoja del bosque cuando el sol brilla a su través.

– Dios te conceda tantos años en la Tierra como pompas de jabón has hecho – murmuraba la madre.

– ¿Tantos, tantos? – dijo el niño -. No terminaré nunca las pompas con toda esta agua -. Y el niño sopla que sopla.

– ¡Ahí vuela un año, ahí vuela un año! ¡Mira cómo vuelan! – exclamaba a cada nueva burbuja que se soltaba y emprende el vuelo. Algunas fueron a pararle a los ojos; aquello escocía, quemaba; le asomaron las lágrimas. En cada burbuja veía una imagen de lo por venir, brillante, fúlgida.

– ¡Ahora se ve el cometa! – gritaron los vecinos -. ¡Salid a verlo, no os quedéis ahí dentro!

La madre salió entonces, llevando el niño de la mano; el pequeño hubo de dejar el tubito de arcilla y las pompas de jabón; había salido el cometa.

Y el niño vio la reluciente bola de fuego y su cola radiante; algunos decían que medía tres varas, otros, que millones de varas. Cada uno ve las cosas a su modo.

– Nuestros hijos y nietos tal vez habrán muerto antes de que vuelva a aparecer – decía la gente.

La mayoría de los que lo dijeron habían muerto, en efecto, cuando apareció de nuevo. Pero el niño cuya muerte, al creer de su madre, había sido pronosticada por la viruta de la vela, estaba vivo aún, hecho un anciano de blanco cabello. «Los cabellos blancos son las flores de la vejez», reza el proverbio; y el hombre tenía muchas de aquellas flores. Era un anciano maestro de escuela.

Los alumnos decían que era muy sabio, que sabía Historia y Geografía y cuanto se conoce sobre los astros.

– Todo vuelve – decía -. Fijaos, si no, en las personas y en los acontecimientos, y os daréis cuenta de que siempre vuelven, con ropaje distinto, en otros países.

Y el maestro les contó el episodio de Guillermo Tell, que de un flechazo hubo de derribar una manzana colocada sobre la cabeza de su hijo; pero antes de disparar la flecha escondió otra en su pecho, destinada a atravesar el corazón del malvado Gessler. La cosa ocurrió en Suiza, pero muchos años antes había sucedido lo mismo en Dinamarca, con Palnatoke. También él fue condenado a derribar una manzana puesta sobre la cabeza de su hijo, y también él se guardó una flecha para vengarse. Y hace más de mil años los egipcios contaban la misma historia. Todo volverá, como los cometas, los cuales se alejan, desaparecen y vuelven.

Y habló luego del que esperaban, y que él había visto de niño. El maestro sabía mucho acerca de los cuerpos celestes y pensaba sobre ellos, pero sin olvidarse de la Historia y la Geografía.

Había dispuesto su jardín de manera que reprodujese el mapa de Dinamarca. Estaban allí las plantas y las flores tal como aparecen distribuidas en las diferentes regiones del país.

– Tráeme guisantes – decía, y uno iba al bancal que representaba Lolland -. Tráeme alforfón – y el interpelado iba a Langeland. La hermosa genciana azul y el romero se encontraban en Skagen, y la brillante oxiacanta, en Silkeborg. Las ciudades estaban señaladas con pedestales. Ahí estaba San Canuto con el dragón, indicando Odense; Absalón con el báculo episcopal indicaba Söro; el barquito con los remos significaba que en aquel lugar se levantaba la ciudad de Aarhus. En el jardín del maestro se aprendía muy bien el mapa de Dinamarca, pero antes había que escuchar sus explicaciones, y ésta era lo mejor de todo.

Estaban esperando el cometa, y el buen señor les habló de él y de lo que la gente había dicho y pensado sobre el astro muchos años antes, cuando había aparecido por última vez.

– El año del cometa es año de buen vino – dijo -. Se puede diluir con agua sin que se note. Los bodegueros deben esperar con agrado los años del cometa.

Por espacio de dos semanas enteras el cielo estuvo nublado, y, a pesar de que el meteoro brillaba en el firmamento, no podía verse.

El anciano maestro estaba en su pequeña vivienda contigua a la escuela. El reloj de Bornholm, heredado de sus padres, estaba en un rincón, pero las pesas de plomo no subían ni bajaban, ni el péndulo se movía; el cuclillo, que antaño salía a anunciar las horas, llevaba ya varios años encerrado, silencioso, en su casita. Todo en la habitación permanecía callado y mudo; el reloj no andaba. Mas el viejo piano, también del tiempo de los padres, tenía aún vida; las cuerdas aunque algo roncas podían tocar las melodías de toda una generación.

El viejo recordaba muchas cosas, alegres y tristes, sucedidas durante todos aquellos años, desde que, siendo niño, viera el cometa, hasta su actual reaparición. Recordaba lo que su madre había dicho acerca de la viruta de la vela, y recordaba también las hermosas pompas de jabón, cada una de los cuales era un año – había dicho la mujer -, y ¡qué brillantes y ricas de colores! Todo lo bello y lo agradable se reflejaba en ellas: juegos de infancia e ilusiones de juventud, todo el vasto mundo desplegado a la luz del sol, aquel mundo que él quería recorrer.

Eran burbujas del futuro. Ya viejo, arrancaba de las cuerdas del piano melodías del tiempo pasado: burbujas de la memoria, con las irisaciones del recuerdo. La canción de su madre mientras hacía calceta, el arrullo de la niñera. Ora sonaban melodías del primer baile, un minueto y una polca, ora notas suaves y melancólicas que hacían asomar las lágrimas a los ojos del anciano. Ya era una marcha guerrera, ya un cántico religioso, ya alegres acordes, burbuja tras burbuja, como las que de niño soplara en el agua jabonosa.

Tenía fija la mirada en la ventana; por el cielo desfilaba una nube, y de pronto vio el cometa en el espacio sereno, con su brillante núcleo y su cabellera.

Parecióle que lo había visto la víspera, y, sin embargo, mediaba toda una larga vida entre aquellos días y los presentes. Entonces era un niño, y las pompas le decían: «¡Adelante! ». Hoy todo le decía: «¡Atrás! ». Sintió revivir los pensamientos y la fe de su infancia, sus ojos brillaron, y su mano se posó sobre las teclas; el piano emitió un sonido como si saltara una cuerda.

– ¡Venid a ver el cometa! – gritaban los vecinos -. El cielo está clarísimo. ¡Venid a verlo!

El anciano maestro no contestó; había partido para verlo mejor; su alma seguía una órbita mayor, en unos espacios más vastos que los que recorre el cometa. Y otra vez lo verán desde el rico palacio y desde la pobre buhardilla, desde el bullicio de la calle y desde el erial que cruza el viajero solitario. Su alma fue vista por Dios v por los seres queridos que lo habían precedido en la tumba y con los que él ansiaba volver a reunirse.

LanguagesLearn languages. Double-tap on a word.Learn languages in context with Childstories.org and Deepl.com.

Antecedentes

Interpretaciones

Lengua

„El Cometa“ es una hermosa y profunda narración de Hans Christian Andersen que reflexiona sobre el paso del tiempo, los ciclos de la vida y la continuidad de las experiencias humanas a través de generaciones. La historia comienza con la aparición de un cometa en el cielo, observable tanto desde palacios como desde humildes viviendas, simbolizando que ciertos fenómenos naturales trascienden las diferencias sociales y están al alcance de todos.

En la narrativa, somos presentados a una madre y su hijo. La madre, influenciada por una antigua superstición, teme por la vida de su hijo al interpretar una señal en la vela como un augurio de muerte. Sin embargo, el cuento revela que el niño vivirá hasta una avanzada edad, lo suficiente como para presenciar el regreso del cometa, sesenta años después.

El niño, despreocupado por las supersticiones, disfruta de su infancia soplando burbujas de jabón, una metáfora de los años y las experiencias de su vida que están por venir. La madre desea que su hijo viva tantos años como las burbujas que sopla, un deseo que, poéticamente, se cumple.

A medida que el niño crece, se convierte en un anciano maestro de escuela, sabio y reflexivo, que comparte con sus estudiantes la naturaleza cíclica de los eventos y las historias humanas. Utiliza su jardín como un mapa viviente de Dinamarca, enseñando a través de un método único y visual.

El cuento concluye con el anciano maestro recordando su juventud mientras toca el piano, un instrumento que encapsula las memorias de su vida. A través de la música, revive momentos alegres y melancólicos, hasta que finalmente, en la tranquilidad de su hogar, y mientras el cometa vuelve a aparecer en el cielo, su espíritu trasciende hacia una esfera más amplia y eterna.

La narrativa de Andersen es un recordatorio de que, aunque las vidas individuales son efímeras comparadas con la vastedad del cosmos, las experiencias humanas y los lazos que compartimos son eternos y continúan de generación en generación. El tema de la repetición y renovación del mundo queda bellamente plasmado en el regreso del cometa, un fenómeno que simboliza tanto el paso del tiempo como la perpetuidad de la naturaleza.

„El Cometa“ de Hans Christian Andersen es un relato fascinante que explora la vastedad del tiempo y la repetición de eventos a través de la imagen simbólica de un cometa que aparece dos veces a lo largo de la vida de un personaje. La historia comienza con la aparición del cometa, un fenómeno celestial que inspira una variedad de pensamientos en diferentes personajes que lo observan desde diversos lugares y circunstancias de vida. Una mujer, llena de superstición, cree que la peculiar forma que toma la cera de una vela es un mal presagio para su hijo. En contraste, el niño está absorto en su juego, creando pompas de jabón que despiertan la esperanza de una larga vida.

A lo largo de la narrativa, el paso del tiempo se manifiesta en el crecimiento del niño hasta convertirse en un anciano sabio que recuerda las supersticiones de su madre y sus propias ilusiones infantiles. Como maestro, enseña a sus alumnos que los eventos y las historias tienden a repetirse en diferentes formas, tal como lo hace el cometa en su ciclo de aparición. La repetición de los cuentos históricos, como el de Guillermo Tell, sirve para ilustrar esta idea de recurrencia.

El pasaje de tiempo también se refleja en el entorno: el jardín del anciano está configurado como un mapa de Dinamarca, mostrando cómo las historias geográficas y astronómicas se entrelazan con lo personal. Finalmente, al llegar de nuevo el cometa, el anciano contempla el ciclo de su vida y las memorias que han llenado esos años, representadas por las melodías de un piano viejo y las luminarias de las pompas de jabón del pasado.

La conclusión del cuento se centra en la muerte del anciano, quien, al partir de esta vida, sigue una órbita espiritual al reunirse con sus seres queridos que lo han precedido. Este desenlace sugiere una trascendencia y continuidad más allá de la vida terrenal, reflejando quizás una visión de eternidad y la naturaleza cíclica de la existencia.

„El Cometa“ es una meditación sobre la vida, la muerte y la permanencia de las historias, y cómo las mismas suelen repetirse, aunque bajo diferentes contextos y personas. La belleza del cuento radica en su capacidad de capturar la efímera naturaleza del tiempo y la permanente renovación de la historia y la memoria.

El cuento „El Cometa“ de Hans Christian Andersen es una obra rica en simbolismo y temas profundos que giran en torno al paso del tiempo, el ciclo de la vida y la percepción individual de los eventos celestiales y naturales. A través de su estilística y narrativa, Andersen ofrece una reflexión sobre cómo las distintas personas interpretan los mismos fenómenos de maneras únicas y personales.

Simbolismo del Cometa: El cometa es el símbolo central del cuento, representando el paso del tiempo y la repetición cíclica de eventos históricos y personales. Su aparición es un acontecimiento que une a personas de diferentes clases sociales, desde el „rico palacio“ hasta la „pobre buhardilla“, subrayando la universalidad de ciertas experiencias humanas.

Contraste de Perspectivas: Andersen explora cómo las diferentes perspectivas pueden derivarse de un único fenómeno. La madre ve en la viruta de la vela un presagio de muerte, mientras que el niño sólo ve el juego y la magia de crear burbujas. Esta dualidad refleja cómo las percepciones individuales están condicionadas por las creencias y el estado emocional de cada persona.

Ritmo y Repetición: La estructura del cuento hace eco del tema de la repetición cíclica. Frases como „todo vuelve“ subrayan la naturaleza recurrente de la historia y la vida. Este ritmo cíclico también se refleja en el uso de imágenes como las burbujas de jabón, que simbolizan la fragilidad y la belleza efímera de la vida y el tiempo.

Interconexión de Temas: El cuento entrelaza el tiempo, la memoria y la historia personal. A través del anciano maestro de escuela, Andersen ilustra la continuidad entre generaciones. Este personaje personifica la acumulación de experiencias y conocimientos, reflejando cómo el pasado informa al presente.

Melancolía y Nostalgia: Una atmósfera melancólica impregna el texto. La evocación de las melodías del pasado a través del piano refleja la nostalgia del anciano por los tiempos pasados, creando una resonancia emocional con el lector. Este uso del sonido y la música intensifica los sentimientos de añoranza y el paso irreversible del tiempo.

Superstición y Ciencia: La historia contrasta las supersticiones populares, como la de la viruta en la vela, con la astronomía y las ciencias que el maestro de escuela representa. Esto refleja el conflicto entre el conocimiento racional y las creencias ancestrales, un tema común en la obra de Andersen.

Cierre Poético: El final poético del cuento, con el alma del maestro ascendiendo a un „órbita mayor“, sugiere una visión espiritual de la vida después de la muerte. Establece un paralelismo entre el cometa —que vuelve— y la creencia en una reunificación con los seres queridos en el más allá.

Conclusión

„El Cometa“ es un cuento que combina la realidad mundana con lo maravilloso, instando al lector a reflexionar sobre la naturaleza cíclica de la vida, la belleza efímera del tiempo y las distintas formas en que las personas se enfrentan a los mismos eventos. A través de su prosa poética y simbolismo poderoso, Andersen invita a una contemplación profunda sobre nuestras propias vidas y el universo que nos rodea.


Información para el análisis científico

Indicador
Valor
TraduccionesDE, EN, DA, ES
Índice de legibilidad de Björnsson38.3
Flesch-Reading-Ease Índice24.5
Flesch–Kincaid Grade-Level12
Gunning Fog Índice17.2
Coleman–Liau Índice10.3
SMOG Índice12
Índice de legibilidad automatizado8
Número de Caracteres7.909
Número de Letras6.147
Número de Frases81
Número de Palabras1.385
Promedio de Palabras por oración17,10
Palabras con más de 6 letras293
Porcentaje de palabras largas21.2%
Número de Sílabas2.701
Promedio de Sílabas por Palabra1,95
Palabras con tres Sílabas374
Porcentaje de palabras con tres sílabas27%
¿Preguntas, comentarios o informes de experiencias?

Los mejores cuentos de hadas

Copyright © 2025 -   Aviso legal | Protección de datos |Todos los derechos reservados Accionado por childstories.org

Keine Internetverbindung


Sie sind nicht mit dem Internet verbunden. Bitte überprüfen Sie Ihre Netzwerkverbindung.


Versuchen Sie Folgendes:


  • 1. Prüfen Sie Ihr Netzwerkkabel, ihren Router oder Ihr Smartphone

  • 2. Aktivieren Sie ihre Mobile Daten -oder WLAN-Verbindung erneut

  • 3. Prüfen Sie das Signal an Ihrem Standort

  • 4. Führen Sie eine Netzwerkdiagnose durch