Tiempo de lectura para niños: 10 min
En una pequeña ciudad, toda una familia se hallaba reunida, un atardecer de la estación en que se dice que «las veladas se hacen más largas», en casa del propietario de una granja. El tiempo era todavía templado y tibio; habían encendido la lámpara, las largas cortinas colgaban delante de las ventanas, donde se veían grandes macetas, y en el exterior brillaba la luna; pero no hablaban de ella, sino de una gran piedra situada en la era, al lado de la puerta de la cocina, y sobre la cual las sirvientas solían colocar la vajilla de cobre bruñida para que se secase al sol, y donde los niños gustaban de jugar. En realidad era una antigua losa sepulcral.
– Sí -decía el propietario-, creo que procede de la iglesia derruida del viejo convento. Vendieron el púlpito, las estatuas y las losas funerarias. Mi padre, que en gloria esté, compró varias, que fueron cortadas en dos para baldosas; pero ésta sobró, y ahí la dejaron en la era.
– Bien se ve que es una losa sepulcral -dijo el mayor de los niños-. Aún puede distinguirse en ella un reloj de arena y un pedazo de un ángel; pero la inscripción está casi borrada; sólo queda el nombre de Preben y una S mayúscula detrás; un poco más abajo se lee Marthe. Es cuanto puede sacarse, y aún todo eso sólo se ve cuando ha llovido y el agua ha lavado la piedra.
– ¡Dios mío, pero si es la losa de Preben Svane y de su mujer! -exclamó un hombre muy viejo; por su edad hubiera podido ser el abuelo de todos los reunidos en la habitación-. Sí, aquel matrimonio fue uno de los últimos que recibieron sepultura en el cementerio del antiguo convento. Era una respetable pareja de mis años mozos. Todos los conocían y todos los querían; eran la pareja más anciana de la ciudad. Corría el rumor de que poseían más de una tonelada de oro, y, no obstante, vestían con gran sencillez, con prendas de las telas más bastas, aunque siempre muy aseados. Formaban una simpática pareja de viejos, Preben y su Marta. Daba gusto verlos sentados en aquel banco de la alta escalera de piedra de la casa, bajo las ramas del viejo tilo, saludando y gesticulando, con su expresión amable y bondadosa. En caritativos no había quien les ganara; daban de comer a los pobres y los vestían, y ejercían su caridad con delicadeza y verdadero espíritu cristiano. La mujer murió la primera; recuerdo muy bien el día. Era yo un chiquillo y estaba con mi padre en casa del viejo Preben, cuando su esposa acababa de fallecer; el pobre hombre estaba muy emocionado, y lloraba como un niño. El cadáver se hallaba aún en el dormitorio contiguo; Preben habló a mi padre y a varios vecinos de lo solo que iba a encontrarse en adelante, de lo buena que ella había sido, de los muchos años que habían vivido juntos y de cómo se habían conocido y enamorado. Yo era muy niño, como he dicho, me limitaba a escuchar; pero me causó una enorme impresión oír al viejo y ver como iba animándose poco a poco y le volvían los colores a la cara al contar sus días de noviazgo, y cuán bonita había sido ella, y los inocentes ardides de que él se había valido para verla. Y nos habló también del día de la boda; sus ojos se iluminaron, y el buen hombre revivió aquel tiempo feliz… y he aquí que ahora yacía ella muerta en el aposento contiguo, y él, viejo también, hablando del tiempo de la esperanza… sí, así van las cosas. Entonces era yo un niño, y hoy soy viejo, tan viejo como Preben Svane. Pasa el tiempo y todo cambia. Me acuerdo muy bien del entierro; el viejo Preben seguía detrás del féretro. Pocos años antes, el matrimonio había mandado esculpir su losa sepulcral, con la inscripción y los nombres, todo excepto el año de la muerte; al atardecer transportaron la piedra y la aplicaron sobre la tumba… para volver a levantarla un año más tarde, cuando el viejo Preben fue a reunirse con su esposa. No dejaron el tesoro del que hablaba la gente; lo que quedó fue para una familia que residía muy lejos y de la que nadie sabía la menor cosa. La casa de entramado de madera, con el banco en lo alto de la escalera de piedra bajo el tilo, fue derribada por orden de la autoridad; era demasiado vieja y ruinosa para dejarla en pie. Más tarde, cuando la iglesia conventual corrió la misma suerte, y fue cerrado el cementerio, la losa sepulcral de Preben y su Marta fue a parar, como todo lo demás de allí, a manos de quien quiso comprarlo, y ha querido el azar que esta piedra no haya sido rota a pedazos y usada para baldosa, sino que se ha quedado en la era, lugar de juego para los niños, plataforma para la vajilla fregada de las sirvientas. La carretera empedrada pasa hoy por encima del lugar donde descansan el viejo Preben y su mujer. ¿Quién se acuerda ya de ellos? -. Y el anciano meneó la cabeza melancólicamente-. ¡Olvidados! Todo se olvida -concluyó. Y entonces se empezó a hablar de otras cosas; pero el muchachito, un niño de grandes ojos serios, se había subido a una silla y miraba a la era, donde la luna enviaba su blanca luz a la vieja losa, aquella piedra que antes le pareciera siempre vacía y lisa, pero que ahora yacía allí como una hoja entera de un libro de Historia. Todo lo que el muchacho acaba de oír acerca de Preben y su mujer vivía en aquella losa; y él la miraba, y luego levantaba los ojos hacia la clara luna, colgada en el alto cielo purísimo; era como si el rostro de Dios brillase sobre la Tierra.
– ¡Olvidado! Todo se olvida -se oyó en el cuarto, y en el mismo momento un ángel invisible besó al niño en el pecho y en la frente y le murmuró al oído: – ¡Guarda bien la semilla que te han dado, guárdala hasta el día de su maduración! Por ti, hijo mío, esta inscripción borrada, esta losa desgastada por la intemperie, resucitará en trazos de oro para las generaciones venideras. El anciano matrimonio volverá a recorrer, cogido del brazo, las viejas calles, y se sentará de nuevo, sonriente y con rojas mejillas, en la escalera bajo el tilo, saludando a ricos y pobres. La semilla de esta hora germinará a lo largo de los años, para transformarse en un florido poema. Lo bueno y lo bello no cae en el olvido; sigue viviendo en la leyenda y en la canción.

Antecedentes
Interpretaciones
Lengua
„La vieja losa sepulcral“ de Hans Christian Andersen es un cuento que reflexiona sobre el paso del tiempo y la memoria. En una pequeña ciudad, una familia está reunida en la casa de un granjero y la conversación recae sobre una gran losa sepulcral usada cotidianamente, pero cuyo verdadero origen y significado están casi olvidados. La losa perteneció a Preben Svane y su esposa Marta, una pareja anciana de gran bondad y generosidad, pero que con el tiempo ha caído en el olvido.
El viejo narrador recuerda vívidamente a la pareja, su amor y el impacto positivo que tuvieron en la comunidad. La historia toca temas de transitoriedad y olvido, pero también de legado y redescubrimiento del pasado. Un niño, al escuchar la historia, ve la losa de una manera nueva, comprendiendo su significado e importancia. Un ángel invisible susurra al niño que la historia de Preben y Marta no será olvidada, sino que vivirá en forma de leyenda y poesía, floreciendo en el futuro.
El cuento destaca que lo verdaderamente valioso no se pierde, sino que permanece en la memoria colectiva, esperando ser redescubierto y apreciado por las nuevas generaciones. A través de la historia de Preben y Marta, Andersen nos recuerda que las acciones bondadosas y la belleza auténtica trascienden el tiempo y el olvido.
„La vieja losa sepulcral“ de Hans Christian Andersen es una reflexión profunda sobre el poder del recuerdo y la fugacidad de la vida. En el relato, se destaca cómo una simple losa sepulcral puede despertar las memorias de aquellos que alguna vez vivieron para dejar una impresión duradera en las generaciones futuras.
Aquí están las interpretaciones clave del cuento:
El Ciclo de la Vida y el Olvido: La narración nos recuerda que todas las personas, incluso aquellas que fueron veneradas y amadas en vida, eventualmente pueden ser olvidadas. Preben y Marta eran conocidos por su bondad y generosidad, pero con el tiempo, incluso su memoria se ha desvanecido, simbolizada por la losa desgastada.
El Valor de la Memoria: Aunque las personas puedan ser olvidadas, sus acciones y espíritus viven en las historias que cuentan sobre ellas. La narración del anciano revive a Preben y Marta para la familia reunida. Este acto de recordar da valor a sus vidas y su historia sigue viva en la tradición oral.
Sencillez y Generosidad: Preben y Marta son retratados como individuos de gran bondad que, a pesar de los rumores sobre su riqueza, vivieron de manera sencilla. Andersen destaca la dignidad de la sencillez y cómo los verdaderos tesoros de la vida se encuentran en las acciones desinteresadas de amor y caridad.
El Poder de la Imaginación Infantil: El niño del cuento es capaz de ver más allá de la simple losa; usa su imaginación para revivir la historia contada por el anciano. Andersen sugiere que los niños tienen una capacidad especial para guardar y aportar nueva vida a las memorias del pasado, asegurando que la historia y las lecciones de Preben y Marta no se pierdan.
Esperanza en la Continuidad del Legado: A través del mensaje del ángel invisible, Andersen insinúa que, aunque las inscripciones puedan borrarse y las piedras desgastarse, el legado de bondad y belleza de las personas perdura. La historia de Preben y Marta florecerá nuevamente como un „poema florido“, simbolizando que el bien que hacemos puede tocar la eternidad.
El cuento nos invita a reconocer la importancia de recordar y contar historias, así como a reflexionar sobre las maneras en las que nuestras acciones resuenan más allá de nuestra existencia física. La narración de Andersen es un testimonio de cómo la memoria colectiva y las historias comunes pueden transformar vidas y preservar lo valioso de nuestro pasado.
El cuento „La vieja losa sepulcral“ de Hans Christian Andersen se enmarca dentro del género de cuentos de hadas, aunque presenta características que lo distinguen y lo acercan más al realismo poético y al relato histórico. A continuación, un análisis lingüístico y temático del cuento:
Narrador y Punto de Vista: El cuento está narrado en tercera persona, con un narrador omnisciente que ofrece una perspectiva global de la situación y los personajes. Este tipo de narrador permite un enfoque objetivo, pero también introduce elementos subjetivos cuando el narrador parece simpatizar con los personajes o con la situación descrita.
Tiempo y Espacio: La historia es intemporal en su esencia, a pesar de situarse en un contexto espacial y temporal específico: una pequeña ciudad en el tiempo en que „las veladas se hacen más largas“. La luna y la lámpara encendida refuerzan la atmósfera vespertina y otoñal.
Estilo y Registro: Andersen utiliza un estilo poético, cargado de nostalgia y simbolismo. Emplea un lenguaje sencillo pero evocador, que permite al lector imaginar vivamente el escenario y empatizar con los personajes.
Recursos Literarios:
Metáforas y Simbolismo: La losa sepulcral simboliza la memoria enterrada y casi olvidada de las personas que una vez vivieron. La luna que brilla sobre la losa se convierte en un símbolo del rostro de Dios, iluminando y resaltando lo olvidado.
Diálogos y Monólogos: La historia utiliza el diálogo para recordar al viejo matrimonio y su vida. El monólogo del anciano posee un tono melancólico que enfatiza el tema del olvido.
Memoria y Olvido: Un tema central es el olvido de personas y eventos a través del tiempo. La losa sepulcral, que ahora sirve un propósito mundano y trivial, representa la memoria difuminada de Preben y Marta. La historia destaca cómo las vidas y las historias pueden desaparecer si no se conservan a través de recuerdos y relatos.
Paso del Tiempo: La inexorabilidad del tiempo es evidente. El cuento subraya cómo las generaciones y las estructuras cambian, mientras que la esencia de las historias puede quedar enterrada o desaparecer.
Revalorización y Redescubrimiento: La narrativa también aborda la posibilidad de redescubrimiento y revalorización de lo perdido. A través del niño con grandes ojos serios, Andersen sugiere que las futuras generaciones pueden revivir y reinterpretar el pasado, dándole nueva vida e importancia. El ángel mencionando que la historia será transformada en un poema refleja esta resurrección simbólica.
Lo Bueno y lo Bello Permanecen: Aunque el cuento parece abordar la fugacidad, también presenta una visión esperanzadora de que lo bueno y lo bello perduran de alguna manera en las generaciones futuras, a través de leyendas y canciones.
Conclusión
„La vieja losa sepulcral“ es una meditación sobre el tiempo, la memoria y el legamiento cultural. Andersen utiliza un lenguaje evocador y recursos literarios que enriquecen la historia, planteando reflexiones profundas sobre la condición humana y la importancia de preservar la memoria colectiva.
Información para el análisis científico
Indicador | Valor |
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Traducciones | DE, EN, DA, ES |
Índice de legibilidad de Björnsson | 42.8 |
Flesch-Reading-Ease Índice | 23 |
Flesch–Kincaid Grade-Level | 12 |
Gunning Fog Índice | 19 |
Coleman–Liau Índice | 9.2 |
SMOG Índice | 12 |
Índice de legibilidad automatizado | 10.5 |
Número de Caracteres | 6.069 |
Número de Letras | 4.760 |
Número de Frases | 47 |
Número de Palabras | 1.120 |
Promedio de Palabras por oración | 23,83 |
Palabras con más de 6 letras | 213 |
Porcentaje de palabras largas | 19% |
Número de Sílabas | 2.114 |
Promedio de Sílabas por Palabra | 1,89 |
Palabras con tres Sílabas | 268 |
Porcentaje de palabras con tres sílabas | 23.9% |