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Los doce cazadores
Grimm Märchen

Los doce cazadores - Cuento de hadas de los Hermanos Grimm

Tiempo de lectura para niños: 9 min

Vivía en otro tiempo un príncipe que tenía una prometida de la que estaba muy enamorado. Hallándose a su lado, feliz y contento, le llegó la noticia de que el Rey, su padre, se encontraba enfermo de muerte y quería verlo por última vez antes de rendir el alma. Dijo entonces el joven a su amada:

– Debo marcharme y dejarte; aquí te doy un anillo como recuerdo. Cuando sea rey, volveré a buscarte y te llevaré a palacio. Montó a caballo y partió a ver a su padre; al llegar ante su lecho, el Rey estaba a las puertas de la muerte. Díjole así:

– Hijo mío amadísimo, he querido volverte a ver antes de morir. Prométeme que te casarás según mi voluntad -y le nombró a cierta princesa, que le destinaba por esposa. El joven estaba tan afligido que, sin acordarse de nada, exclamó:

– ¡Sí, padre mío, lo haré según vos queréis! Y el Rey cerró los ojos y murió. Ya proclamado rey el hijo y terminado el período de luto, hubo de cumplir la promesa que hiciera a su padre. Envió, pues, a solicitar la mano de la princesa, la cual le fue otorgada. Al saberlo su antigua prometida, pesóle de tal modo aquella infidelidad de su novio, que estuvo en trance de morir. Díjole entonces su padre:

– Hija mía querida, ¿por qué estás tan triste? Dime lo que deseas y lo tendrás. Permaneció la muchacha un momento pensativa, y luego respondió:

– Padre mío, deseo tener once muchachas que sean exactamente iguales que yo de cara, de figura y de talla. Y dijo el Rey:

– Si es posible, tu deseo será cumplido -y mandó que se hicieran pesquisas en todo el reino, hasta que se encontraron once doncellas idénticas a su hija en cara, figura y estatura. Al llegar al palacio de la princesa, dispuso ésta que se confeccionasen doce vestidos de cazador, todos iguales, y ella y las once muchachas se los pusieron. Despidióse luego de su padre y, montando todas a caballo, dirigiéronse a la corte de su antiguo novio, a quien tanto amaba. Preguntó allí si necesitaban monteros, y pidió al Rey que los tomase a los doce a su servicio. Viola el Rey sin reconocerla, pero eran todas tan apuestas y bien parecidas, que aceptó el ofrecimiento, y las doce doncellas pasaron a ser los doce monteros del Rey. Pero éste tenía un león, animal prodigioso, que sabía todas las cosas ocultas y secretas; y una noche dijo al Rey:

– ¿Crees tener doce monteros, verdad?

– Sí -respondió el Rey-, son doce monteros. Prosiguió el león:

– Te equivocas; son doce doncellas. Y replicó el Rey:

– No es verdad. ¿Cómo me lo pruebas?

– ¡Oh! -respondió el animal-, no tienes más que hacer esparcir guisantes en su antecámara. Los hombres andan con paso firme, y cuando pisen los guisantes verás cómo no se mueve ni uno; en cambio, las mujeres andan a pasitos, dan saltitos y arrastran los pies, por lo que harán rodar todos los guisantes. Parecióle bien el consejo al Rey, y mandó esparcir guisantes por el suelo. Pero un criado del Rey, que era adicto a los monteros, y oyó la prueba a que se les iba a someter, fue a ellos y les contó lo que ocurría.

– El león quiere demostrar al Rey que sois muchachas -les dijo. Diole las gracias la princesa y dijo a sus compañeras: – Haceos fuerza y pisad firme sobre los guisantes. Cuando, a la mañana siguiente, el Rey mandó llamar a su presencia a los doce monteros, al atravesar éstos la antesala donde se hallaban esparcidos los guisantes, lo hicieron con paso tan firme, que ni uno solo se movió de su sitio ni rodó por el suelo. Una vez se hubieron retirado, dijo el Rey al león:

– Me has mentido; caminan como hombres. Y replicó el león:

– Supieron que iban a ser sometidas a prueba y se hicieron fuerza. Manda traer a la antesala doce tornos de hilar; verás cómo se alegran al verlos, cosa que no haría un hombre. Parecióle bien al Rey el consejo, y mandó poner los tornos de hilar en el vestíbulo. Pero el criado amigo de los monteros apresuróse a revelarles la trampa que se les tendía, y la princesa dijo a sus compañeras, al quedarse a solas con ellas:

– Haceos fuerza y no os volváis a mirar los tornos. A la mañana, cuando el Rey mandó llamar a los doce monteros, cruzaron todos la antesala sin hacer el menor caso de los tornos de hilar. Y el Rey repitió al león:

– Me has mentido; son hombres, pues ni siquiera han mirado los tornos. A lo que replicó el león:

– Supieron que ibas a probarlas y se han hecho fuerza. Pero el Rey se negó a seguir dando crédito al león. Los doce monteros acompañaban constantemente al Rey en sus cacerías, y el Monarca cada día se aficionaba más a ellos. Sucedió que, hallándose un día de caza, llegó la noticia de que la prometida del Rey estaba a punto de llegar. Al oírlo la novia verdadera, sintió tal pena que, dándole un vuelco el corazón, cayó al suelo sin sentido. Pensando el Rey que había ocurrido un accidente a su montero preferido, corrió en su auxilio y le quitó el guante. Al ver en el dedo la sortija que un día diera a su prometida, miró su rostro y la reconoció. Emocionado, le dio un beso y, al abrir ella los ojos, le dijo:

– Tú eres mía y yo soy tuyo, y nadie en el mundo puede cambiar este hecho. Y, acto seguido, despachó un emisario con encargo de rogar a la otra princesa que se volviera a su país, puesto que él tenía ya esposa, y quien ha encontrado la llave antigua no necesita una nueva. Celebróse la boda, y el león recuperó el favor del Rey, puesto que, a fin de cuentas, había dicho la verdad.

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Antecedentes

Interpretaciones

Lengua

El cuento de los Hermanos Grimm „Los doce cazadores“ es un relato que mezcla elementos de amor, engaño y lealtad, todos envueltos en el típico tono de fantasía de los cuentos de hadas. La historia sigue las desventuras de un príncipe que, por promesa hecha a su moribundo padre, se ve obligado a comprometerse con una nueva princesa, a pesar de estar ya enamorado de otra mujer. Esta situación desencadena una serie de eventos que ponen a prueba la astucia y la perseverancia de la amada original del príncipe.

En su afán por recuperarlo, la prometida original se disfraza junto con once mujeres más, equiparando su apariencia a la de cazadores para entrar al servicio del príncipe. Este inteligente disfraz pretende engañar al rey, pero se ve continuamente en peligro debido a las pruebas que un león perceptivo sugiere para desenmascararlas.

La historia presenta desafíos que ponen a prueba la habilidad y el temple de las protagonistas para mantenerse así ocultas, empleando su ingenio para superar cada obstáculo. Culmina con el reconocimiento del verdadero amor del rey al descubrir, finalmente, la identidad de su verdadera prometida mediante la sortija que le había entregado. Esto lleva a una resolución feliz donde el amor triunfa, sin necesidad de la nueva promesa, simbolizada por el regreso de la otra princesa a su reino.

El cuento, al igual que muchas historias de los Hermanos Grimm, aborda temas universales como el poder del amor verdadero, la inteligencia frente a la adversidad, y la justicia en forma de recompensas para los leales y astutos. Además, integra elementos mágicos, como el león que habla y sabe el secreto oculto, características que son clásicas en la tradición de los cuentos de hadas.

„Los doce cazadores“ es un cuento de hadas de los Hermanos Grimm que explora temas de amor, lealtad, identidad y la lucha contra el destino impuesto. Al sumergirse en la historia, varios elementos destacan para su interpretación:

El Conflicto entre el Deber y el Amor: El príncipe se enfrenta a un dilema entre honrar la voluntad de su padre en su lecho de muerte y su amor verdadero por su prometida. Este conflicto es común en los cuentos de hadas, donde los personajes principales deben elegir entre sus obligaciones familiares o sociales y sus deseos personales. La resolución del cuento sugiere que el amor verdadero termina triunfando sobre las obligaciones impuestas externamente.

La Identidad y el Disfraz: El motivo de disfrazarse es central en el cuento. La prometida del príncipe se disfraza de cazador, lo que simboliza la flexibilidad y adaptabilidad de las mujeres en los cuentos de hadas. A menudo, las mujeres deben ocultar su verdadera identidad para lograr sus objetivos o superar obstáculos, reflejando quizás las limitaciones y el papel restrictivo que históricamente se les ha asignado en la sociedad.

Pruebas y Astucia: Las pruebas ideadas por el león representan los obstáculos que deben superarse para probar el carácter y la valía de los personajes. En este cuento, la perseverancia y la inteligencia de la princesa, junto con la lealtad del criado, son fundamentales para superar estos desafíos. Esto subraya el valor de la astucia y el ingenio más allá de la fuerza bruta.

El León como Símbolo de Percepción: El león en la historia sirve como símbolo de intuición y percepción más allá de lo visible. A pesar de que el Rey duda de los consejos del león, la verdad escondida detrás de las apariencias se hace evidente al final. Esto puede interpretarse como una alusión a la importancia de mirar más allá de las apariencias superficiales para comprender la verdadera naturaleza de las personas y las situaciones.

El Final Feliz y el Equilibrio Restaurado: Como es típico en los cuentos de hadas, la historia concluye con un final feliz donde el amor verdadero prevalece, y el orden moral es restaurado. El reconocimiento del anillo actúa como un símbolo del amor eterno y la conexión entre la pareja, demostrando que la constancia en el amor finalmente supera las barreras y malentendidos.

En resumen, „Los doce cazadores“ es una rica narración que ofrece lecciones sobre la perseverancia, la identidad, y el triunfo del amor genuino sobre las obligaciones impuestas, todo envuelto en el manto de un cuento de hadas clásico.

El cuento „Los doce cazadores“ de los Hermanos Grimm, como muchos de sus relatos, aborda temas recurrentes en los cuentos de hadas tales como el amor verdadero, las pruebas de identidad, el destino y la virtud recompensada. A continuación, se presenta un análisis lingüístico del texto.

Estructura narrativa:

Exposición: Se presenta un príncipe enamorado de su prometida; la paz se ve interrumpida cuando debe marcharse a causa de la enfermedad de su padre.

Conflicto: Tras la muerte del rey, el príncipe se compromete a casarse con otra princesa, lo que causa que la antigua prometida haga un plan para estar cerca de él.

Desenlace: La prometida, disfrazada como cazador, logra mantenerse cerca del príncipe, y al final, su verdadera identidad se revela.

Motivos y Temas:

Amor verdadero: El amor entre el príncipe y su prometida sobrevive a las pruebas y al tiempo.

Identidad y transformación: La prometida se disfraza junto a once doncellas para estar al lado del príncipe, convirtiéndose en cazadores y poniendo a prueba su identidad.

Prueba y astucia: Las doncellas deben realizar actos de astucia para pasar inadvertidas ante pruebas físicas y perceptivas.

Destino y elección: A pesar de las circunstancias, el amor original prevalece, sugiriendo que el destino y las promesas tienen un papel crucial.

Personificación:

El león parlante: actúa como el elemento mágico del cuento; es capaz de detectar la verdadera identidad de los cazadores, sirviendo de guía y oráculo para el rey.

Diálogos: Los diálogos son breves pero directos, avanzan la trama y revelan las intenciones de los personajes. Por ejemplo, las conversaciones entre la princesa disfrazada y sus doncellas reflejan la toma de decisiones y las estrategias para mantener su secreto.

Lenguaje y Estilo:

Sencillez y claridad: El lenguaje usado es directo, típico de los cuentos de hadas, diseñado para ser accesible y comprensible para todos los públicos.

Repetición: La repetición es empleada como técnica estilística, resaltando rituales y costumbres, como en las pruebas ideadas por el león (guisantes y tornos de hilar).

Simbolismo:

El anillo: Simboliza el amor y la promesa del príncipe a su prometida.

El disfraz: Representa la flexibilidad de la identidad y la capacidad de adaptarse a las circunstancias.

Tono: El tono del relato es optimista, con una firme creencia en la justicia y la bondad, con una resolución que premia la verdad y la fidelidad.

En resumen, „Los doce cazadores“ combina elementos clásicos de la narrativa de los cuentos de hadas con un enfoque en el poder del amor verdadero y la astucia para superar pruebas, utilizando un lenguaje simple y simbólico que es característico del estilo de los Hermanos Grimm.


Información para el análisis científico

Indicador
Valor
NúmeroKHM 67
Aarne-Thompson-Uther ÍndiceATU Typ 884
TraduccionesDE, EN, DA, ES, PT, IT, JA, NL, RU, TR, ZH
Índice de legibilidad de Björnsson35.3
Flesch-Reading-Ease Índice37.3
Flesch–Kincaid Grade-Level11.8
Gunning Fog Índice15.5
Coleman–Liau Índice9.1
SMOG Índice12
Índice de legibilidad automatizado5.9
Número de Caracteres5.378
Número de Letras4.164
Número de Frases66
Número de Palabras986
Promedio de Palabras por oración14,94
Palabras con más de 6 letras201
Porcentaje de palabras largas20.4%
Número de Sílabas1.799
Promedio de Sílabas por Palabra1,82
Palabras con tres Sílabas238
Porcentaje de palabras con tres sílabas24.1%
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