Tiempo de lectura para niños: 11 min
Atención: Esta es una historia de miedo.
Érase una vez un brujo que, adoptando la figura de anciano, iba a mendigar de puerta en puerta y robaba a las muchachas hermosas. Nadie sabía adónde las llevaba, pues desaparecían para siempre. Un día se presentó en la casa de un hombre rico, que tenía tres hijas muy bellas; iba, como de costumbre, en figura de achacoso mendigo, con una cesta a la espalda, como para meter en ella las limosnas que le hicieran. Pidió algo de comer, y al salir la mayor a darle un pedazo de pan, tocóla él con un dedo, y la muchacha se encontró en un instante dentro de la cesta. Alejóse entonces el brujo a largos pasos, y se llevó a la chica a su casa, que estaba en medio de un tenebroso bosque. Todo era magnífico en la casa; el viejo dio a la joven cuanto ella pudiera apetecer y le dijo:
– Tesoro mío, aquí lo pasarás muy bien; tendrás todo lo que tu corazón pueda apetecer. Así pasaron unos días, al cabo de los cuales dijo él:
– Debo marcharme y dejarte sola por breve tiempo. Ahí tienes las llaves de la casa: puedes recorrerla toda y ver cuanto hay en ella. Sólo no entrarás en la habitación correspondiente a esta llavecita. Te lo prohibo bajo pena de muerte. – Dióle también un huevo, diciéndole: – Guárdame este huevo cuidadosamente, y llévalo siempre contigo, pues si se perdiese ocurriría una gran desgracia. Cogió la muchacha las llaves y el huevo, prometiendo cumplirlo todo al pie de la letra. Cuando se hubo marchado el brujo, visitó ella toda la casa, de arriba abajo, y vio que todos los aposentos relucían de oro y plata, como jamás soñara tal magnificencia. Llegó, por fin, ante la puerta prohibida, y su primera intención fue pasar de largo; pero la curiosidad no la dejaba en paz.
Miró la llave y vio que era igual a las otras, la metió en la cerradura, y, casi sin hacer ninguna fuerza, la puerta se abrió. Pero, ¿qué es lo que vieron sus ojos? En el centro de la pieza había una gran pila ensangrentada, llena de miembros humanos, y, junto a ella, un tajo y un hacha reluciente. Fue tal su espanto, que se le cayó en la pila el huevo que sostenía en la mano, y, aunque se apresuró a recogerlo y secar la sangre, todo fue inútil; no hubo medio de borrar la mancha, por mucho que la lavó y frotó. A poco regresaba de su viaje el hombre, y lo primero que hizo fue pedirle las llaves y el huevo. Dióselo todo ella, pero las manos le temblaban, y el brujo comprendió, por la mancha roja, que la muchacha había entrado en la cámara sangrienta:
– Puesto que has entrado en el aposento, contraviniendo mi voluntad – le dijo, – volverás a entrar ahora en contra de la tuya. Tu vida ha terminado. La derribó al suelo, la arrastró por los cabellos, púsole la cabeza sobre el tajo y se la cortó de un hachazo, haciendo fluir su sangre por el suelo. Luego echó el cuerpo en la pila, con los demás.
– Iré ahora por la segunda – se dijo el brujo. Y, adoptando nuevamente la figura de un pordiosero, volvió a llamar a la puerta de aquel hombre para pedir limosna. Dióle la segunda hermana un pedazo de pan, y el hechicero se apoderó de ella con sólo tocarla, como hiciera con la otra, y se la llevó. La muchacha no tuvo mejor suerte que su hermana: cediendo a la curiosidad, abrió la cámara sangrienta y, al regreso de su raptor, hubo de pagar también con la cabeza. El brujo raptó luego la tercera, que era lista y astuta. Una vez hubo recibido las llaves y el huevo, lo primero que hizo en cuanto el hombre partió, fue poner el huevo a buen recaudo; luego registró toda la casa y, en último lugar, abrió el aposento vedado.
¡Dios del cielo, qué espectáculo! Sus dos hermanas queridas, lastimosamente despedazadas, yacían en la pila. La muchacha no perdió tiempo en lamentaciones, sino que se puso en seguida a recoger sus miembros y acoplarlos debidamente: cabeza, tronco, brazos y piernas. Y cuando ya no faltó nada, todos los miembros empezaron a moverse y soldarse, y las dos doncellas abrieron los ojos y recobraron la vida. Con gran alegría, se besaron y abrazaron cariñosamente. El hombre, a su regreso, pidió en seguida las llaves y el huevo; y al no descubrir en éste ninguna huella de sangre, dijo:
– ¡Tú has pasado la prueba, tú serás mi novia! Pero desde aquel momento había perdido todo poder sobre ella, y tenía que hacer a la fuerza lo que ella le exigía.
– Pues bien – le dijo la muchacha -, ante todo llevarás a mi padre y a mi madre un cesto lleno de oro, transportándolo sobre tu espalda; entretanto, yo prepararé la boda. Y, corriendo a ver sus hermanas, que había ocultado en otro aposento, les dijo:
– Éste es el momento en que puedo salvaros; el malvado os llevará a casa él mismo; pero en cuanto estéis allí, enviadme socorro. – Metió a las dos en una gran cesta, las cubrió de oro y, llamando al brujo, le dijo: – Ahora llevarás este cesto a mi casa, y no se te ocurra detenerte en el camino a descansar, que yo te estaré mirando desde mi ventanita. Cargóse el brujo la cesta a la espalda y emprendió su ruta; mas pesaba tanto, que pronto el sudor empezó a manarle por el rostro. Sentóse para descansar unos minutos; pero, inmediatamente, salió del cesto una voz:
– Estoy mirando por mi ventanita y veo que te paras. ¡Andando, enseguida! Creyó él que era la voz de su novia y púsose a caminar de nuevo. Quiso repetir la parada al cabo de un rato; pero enseguida se dejó oír la misma voz:
– Estoy mirando por mi ventanita y veo que te paras. ¡Andando, enseguida!. – Y así cada vez que intentaba detenerse, hasta que, finalmente, llegó a la casa de las muchachas, gimiendo y jadeante, y dejó en ella el cesto que contenía las dos doncellas y el oro. Mientras tanto, la novia disponía en casa la fiesta de la boda, a la que invitó a todos los amigos del brujo. Cogió luego una calavera que regañaba los dientes, púsole un adorno y una corona de flores y, llevándola arriba, la colocó en un tragaluz, como si mirase afuera. Cuando ya lo tuvo todo dispuesto, metióse ella en un barril de miel y luego se revolcó entre las plumas de un colchón, que partió en dos, con lo que las plumas se le pegaron en todo el cuerpo y tomó el aspecto de un ave rarísima; nadie habría sido capaz de reconocerla. Encaminóse entonces a su casa, y durante el camino se cruzó con algunos de los invitados a la boda, los cuales le preguntaron:
“ – ¿De dónde vienes, pájaro embrujado?
– De la casa del brujo me han soltado.
– ¿Qué hace, pues, la joven prometida?
– La casa tiene ya toda barrida,
y ella, compuesta y aseada,
mirando está por el tragaluz de la entrada.“
Finalmente, encontróse con el novio, que volvía caminando pesadamente y que, como los demás, le preguntó:
“ – ¿De dónde vienes, pájaro embrujado?
– De la casa del brujo me han soltado.
– ¿Qué hace, pues, mi joven prometida?
– La casa tiene ya toda barrida,
y ella, compuesta y aseada,
mirando está por el tragaluz de la entrada.“
Levantó el novio la vista y, viendo la compuesta calavera, creyó que era su prometida y le dirigió un amable saludo con un gesto de la cabeza. Pero en cuanto hubo entrado en la casa junto con sus invitados, presentáronse los hermanos y parientes de la novia, que habían acudido a socorrerla. Cerraron todas las puertas para que nadie pudiese escapar y prendieron fuego a la casa, haciendo morir abrasado al brujo y a toda aquella chusma.

Antecedentes
Interpretaciones
Lengua
„El pájaro del brujo“ es un cuento de los Hermanos Grimm que presenta una mezcla de misterio, magia y justicia poética. Como muchos de sus relatos, se centra en la inteligencia y la valentía de sus personajes para superar situaciones adversas.
En el cuento, encontramos a un brujo que, disfrazado de mendigo, secuestra a jóvenes hermosas para llevarlas a su aislada casa en el bosque. Ellas caen en la trampa del brujo debido a su curiosidad y desobediencia, una advertencia común en muchos cuentos de hadas donde la curiosidad es castigada. Sin embargo, la hermana más joven, con astucia y precaución, no sólo logra superar la prueba impuesta por el brujo, sino que también consigue revivir a sus hermanas.
El cuento refleja temas de libertad y opresión, así como la importancia de la inteligencia y la previsión. El final es particularmente dramático y catártico, ya que el brujo y sus secuaces reciben su merecido, quemados en su propia trampa. La joven protagonista no sólo escapa ilesa sino que también logra rescatar a sus hermanas y reunir a la familia, mostrando cómo la astucia y la valentía pueden vencer al mal.
El uso del „pájaro embrujado“ como disfraz por la protagonista hacia el final simboliza su ingenio y capacidad para usar la magia o lo sobrenatural de manera positiva, al contrario que el brujo. Además, el elemento del huevo, que debe protegerse, añade una capa de simbolismo que podría interpretarse como la esencia de la vida, la feminidad o la honra, que al quebrarse (o mancharse) señala un fracaso en la prueba de carácter de las hermanas mayores.
En resumen, este cuento tradicional de los Hermanos Grimm, al igual que otros de sus relatos, no solo busca entretener, sino también ofrecer enseñanzas sobre la moralidad y la conducta humana, enfatizando la importancia del ingenio y del respeto a ciertas reglas como formas de sobrevivencia y éxito.
„El pájaro del brujo“ es un cuento de los Hermanos Grimm que aborda varios temas comunes en las narraciones de cuentos de hadas, como la curiosidad, el peligro, y la astucia para superar pruebas difíciles. Aquí, una breve interpretación de sus elementos principales:
El Brujo y la Tentación del Poder Prohibido: El brujo en este cuento simboliza el peligro que acecha bajo formas engañosas. Presentándose como un mendigo, representa la amenaza oculta que puede capturar a quienes bajan la guardia. Su advertencia sobre el cuarto prohibido y el huevo representa una prueba clásica de obediencia y curiosidad. Las hermanas mayores sucumben, lo que resalta el peligro de la curiosidad imprudente.
Curiosidad y Castigo: La prohibición de entrar en el cuarto y el cuidado del huevo son pruebas de la obediencia de las hermanas. Las dos primeras hermanas sucumben a la curiosidad, lo que resulta en su trágica muerte. Este elemento del cuento se relaciona con la moral de que desobedecer advertencias puede llevar a terribles consecuencias.
Resiliencia e Ingenio: La hermana menor, descrita como lista y astuta, no solo evita el destino mortal al que sucumbieron sus hermanas, sino que encuentra la manera de restaurarlas a la vida. Su capacidad para resolver la crisis utilizando su ingenio subraya la importancia de la inteligencia y el valor en situaciones difíciles.
Liberación y Justicia: Al final, la hermana menor manipula al brujo y orquesta su derrota. El uso de artimañas, como disfrazarse de pájaro y usar la calavera, demuestran su habilidad para burlar al antagonista. La destrucción del brujo y su casa por parte de la familia refuerzan el tema de que el mal será castigado y que la justicia prevalecerá.
El Poder de la Hermandad: La historia también muestra el poder del amor fraternal. La hermana menor actúa con rapidez para salvar a sus hermanas, y el amor resucita a las hermanas muertas. Este vínculo es más fuerte que la magia del brujo, subrayando el valor de la unión familiar en tiempos de crisis.
Este cuento, al igual que muchos de los de los Hermanos Grimm, utiliza una narrativa oscura y simbólica para transmitir lecciones morales y resaltar la lucha entre el bien y el mal, usando el ingenio y el amor como medios para superar la adversidad.
El cuento „El pájaro del brujo“ de los Hermanos Grimm, como muchas de sus historias, contiene una rica variedad de elementos lingüísticos y temáticos que lo hacen atractivo y memorable. A continuación, se presenta un análisis lingüístico y temático del cuento:
1.
Registro y Estilo
El cuento está narrado en un estilo clásico de los cuentos de hadas de los Hermanos Grimm, utilizando un lenguaje formal y arcaico. El uso de arcaísmos y construcciones gramaticales tradicionales proporciona al relato un sentimiento de atemporalidad, transportando al lector a un mundo encantado y misterioso.
2.
Narrador
El narrador omnisciente permite al lector obtener información de todos los acontecimientos, incluso aquellos fuera del conocimiento de los personajes. Este tipo de narrador es común en los cuentos de hadas, donde el énfasis está en el desarrollo de la historia más que en la perspectiva subjetiva de un personaje.
3.
Diálogo
El empleo del diálogo es mínimo, pero significativo. Las palabras del brujo, llenas de adulación y advertencia, contrastan con las breves respuestas de las protagonistas, que reflejan miedo o resolución. El diálogo presenta una estructura repetitiva cuando el brujo se encuentra con las hermanas, reforzando la naturaleza cíclica y fatal de sus encuentros.
4.
Repetición
La repetición es un recurso literario utilizado para enfatizar elementos clave de la historia. Por ejemplo, el ciclo de secuestro, desobediencia, y castigo es repetido con las hermanas mayores, lo que resalta la astucia de la hermana menor cuando rompe el ciclo. La frase repetida por el „pájaro embrujado“ pone de manifiesto la liberación final de la protagonista.
1.
Temor y Curiosidad
El cuento explora la tensión entre la obediencia y la curiosidad, un tema recurrente en la literatura de cuentos de hadas. La prohibición del brujo de entrar en el cuarto secreto y el consiguiente castigo reflejan el castigo de la transgresión femenina, un tema común en historias tradicionales.
2.
El Poder del Mal
El brujo representa una figura de maldad arquetípica, que manipula y ejerce poder a través del temor y el engaño. Su castigo eventual resalta la dimensión moral del cuento, donde el bien triunfa sobre el mal.
3.
Astucia y Resiliencia Femenina
El personaje de la tercera hermana es significativo por su inteligencia y astucia, que le permiten no solo salvarse a sí misma, sino también a sus hermanas. Esta representación de la protagonista como un ser activo y resolutivo ofrece un contrapunto al arquetipo de mujeres pasivas en apuros.
4.
Justicia y Venganza
El cuento culmina en un acto de justicia violenta, una característica común en narraciones de los Grimm, donde la resolución implica la destrucción total del malvado. Este final refleja una forma de justicia poética, donde el abusador es castigado de manera acorde con su crueldad.
Conclusión
„El pájaro del brujo“ ilustra cómo los Hermanos Grimm tejen avisos morales y advertencias sobre el peligro de la desobediencia y la curiosidad. Al hacer uso de estructuras y dispositivos narrativos intrincados, logran una historia profundamente arquetípica que sigue resonando con lectores contemporáneos.
Información para el análisis científico
Indicador | Valor |
---|---|
Número | KHM 46 |
Aarne-Thompson-Uther Índice | ATU Typ 311 |
Traducciones | DE, EN, DA, ES, FR, PT, FI, IT, JA, NL, PL, RU, TR, VI, ZH |
Índice de legibilidad de Björnsson | 38 |
Flesch-Reading-Ease Índice | 29.9 |
Flesch–Kincaid Grade-Level | 12 |
Gunning Fog Índice | 17.4 |
Coleman–Liau Índice | 9.4 |
SMOG Índice | 12 |
Índice de legibilidad automatizado | 8.1 |
Número de Caracteres | 7.263 |
Número de Letras | 5.624 |
Número de Frases | 70 |
Número de Palabras | 1.316 |
Promedio de Palabras por oración | 18,80 |
Palabras con más de 6 letras | 253 |
Porcentaje de palabras largas | 19.2% |
Número de Sílabas | 2.456 |
Promedio de Sílabas por Palabra | 1,87 |
Palabras con tres Sílabas | 325 |
Porcentaje de palabras con tres sílabas | 24.7% |